Mi evolución artística

He de admitir que siempre he tenido mucha dedicación en el tema de la pintura. Este interés viene de familia pues tanto mi abuelo paterno como mi padre, mi madre, mi hermano y yo llevamos dibujando desde que tenemos uso de razón y es algo que mis padres siempre nos han motivado a practicar a mi hermano y a mi. 

Cuando era pequeña me encantaba dibujar cualquier cosa, aunque por desgracia, los dibujos que hacía eran tantos que llegó un punto en el que ya no había espacio para guardarlos. Estos son algunos de los dibujos que quedan y que hice antes de entrar al colegio. Como muchos de esos dibujos quería dedicárselos a mis padres y no sabía escribir, mis padres me ayudaban a poner los nombres. 

          

En el periodo de infantil, recuerdo que hacíamos muchos dibujos. Sobre todo, nos decían que nos dibujáramos a nosotros mismos, pero a mí me daba mucha vergüenza y siempre dejaba el papel en blanco. Es por eso que no guardo muchos dibujos de esa etapa. 
Por el contrario, en primaria estaba todo el día dibujado cosas ya sea en la agenda, el libro, el cuaderno o incluso la mesa. Recuerdo que siempre me reñían porque veían que estaba a otras cosas y pensaban que no atendía, pero lo cierto es que dibujar me ayudaba a concentrarme mejor. 

   

Cuando más me interesé por la pintura fue sobre todo en la secundaria, ya que la asignatura de plástica profundizaba más en los temas artísticos y nos enseñaban diferentes técnicas de pintura como el puntillismo, lo abstracto, el realismo... 

              
            

Y como era de esperar, seguía con esa mala costumbre de dibujar en la agenda cuando estaba en clase. Un día una amiga me pidió que le dibujara y me gustó tanto el resultado que empecé a dibujar en clase a todo el que estaba delante de mí, incluso a los profesores. Encontré en esa costumbre una manera de llevar las clases de una forma más dinámica para mí porque a la vez que pintaba era capaz de escuchar al profesor y además se me hacían las clases mucho más amenas.

                     

Pero sin duda, cuando más disfrutaba de la pintura era cuando dibujaba por mi cuenta porque dibujaba aquello que a mí me gustaba y no lo sentía como una obligación sino como una elección. Estos son algunos de los dibujos que hice fuera del aula desde primaria hasta bachillerato: 

                   

              

                

                  

                

                

Me gustaba tanto dibujar que incluso tuve bastante claro por un tiempo que iba a estudiar Bellas Artes al finalizar el bachillerato. Todos me apoyaban al principio. Mi madre incluso se emocionó cuando se lo dije porque desde pequeñita me había dicho que le gustaría que yo estudiara eso ya que ha sido un sueño frustrado que ella ha tenido siempre, pero por motivos personales nunca pudo cursar esos estudios. Pero como es común en estos casos, a pesar de que había mucha gente que me animaba a estudiar aquello que me apasionaba, había otra mucha también que consideraba que ese tipo de carreras no tiene ningún tipo de futuro. Además, mucha gente que había estudiado esa carrera me recomendó no hacerla porque consideraban que no te enseñan nada útil y hacen que acabes aborreciendo el arte. Por eso acabé optando por la carrera de Magisterio que es otro oficio que me apasiona. 





 







 













 

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